Los tigres o las sombras
Como alma que lleva el diablo.

86.

O pasado apodrece baixo a terra
e o presente no flúe,
é un río morto.

Pero esta vez non haberá resurrección
e o futuro é por forza alleo a min.

Lois pereiro

85.

Qué hacer en medio de la tarde,
cómo entregarse sin terror de pronto
y cómo confesar que detrás de tu lecho
odiosa la inocencia,
inservibles los claros pensamientos,
traicionan palabras aprendidas en revistas de moda,
tópicos de vanguardia

José Ángel Valente

84.

Porque no hay
talento para
la rabia, sino solo rabia.

María do Cebreiro

83.

La poesía es un incendio,
por eso no da para vivir
da para arder,

no escribas,
arde en ella.
Antonio Orihuela

82.

(Pero yo creo en ti, oh cuerpo
joven, fortaleza del alma,
y negaré en tu nombre, quiero
verte prevalecer.)

[...]

Carlos Barral

81.

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

[...]

Miguel Hernández

80.

[...]

Las niñas perpetuas
que son
viejas prematuras.

[...]

Marta Sanz

79.

Envidio al gato:
¡con qué facilidad olvida
el dolor y el anhelo del amor!

Etsujin

78.

No me contéis más cuentos,
que vengo de muy lejos
y sé todos los cuentos.
No me contéis más cuentos.
contad
y recontadme este sueño.
Romped,
rompedme los espejos,
deshacedme los estanques,
los lazos,
los anillos,
los cercos,
las redes,
las trampas
y todos los caminos paralelos.
Que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero, que me arrullen con cuentos;
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me sellen la boca y los ojos con cuentos;
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me entierren con cuentos;
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero verme elevado en el tiempo,
que no quiero verme en el agua,
que no quiero verme en la tierra tampoco,
que no quiero verme a su ovillo como un hilo de baba sujeto...
Quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento.
Quiero, ¡quiero!... sueño... ¡sueño!...
Soy gusano que sueña... y sueño...
¡verme un día volando en el viento!

León Felipe

77.

Dame algo más que silencio o dulzura
Algo que tengas y no sepas
No quiero regalos exquisitos
Dame una piedra

[...]

Carlos Edmundo de Ory

76.

Me gusta verte despertar cada mañana
con los ojos de sueño de la aurora
y esa risa de crepúsculo en los labios.
Me gusta entrar en la alcoba de tus besos
sin llamar a la puerta...
Y deshojarte, trepar entre tus sábanas
y robar sutiles caricias en tu regazo tibio.

Virginia Cantó


75.

[...]

¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias,
oh hija de príncipe!
Los contornos de tus muslos son como joyas,
obra de mano de excelente maestro.
Tu ombligo como una taza redonda
que no le falta bebida.
Tu vientre como montón de trigo
cercado de lirios.
Tus dos pechos, como gemelos de gacela.
Tu cuello, como torre de marfil;
tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;
tu nariz, como la torre del Líbano,
que mira hacia Damasco.
Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo;
y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey
suspendida en los corredores.
¡Qué hermosa eres, y cuán suave,
Oh amor deleitoso!

[...]

Anónimo

74.

[...]

E cando descoñecen o sentido de amar
e cando non saben que facer co amor
é mellor non falar daquilo que se ignora.

[...]

Mª do Carme Kruckenberg

73.

[...]

Musa de música humillante.
Pájaro del monótono árbol.
Enemiga de tu propio verso.

Luna Miguel

72.

[...]

Como un continuo espazo-tempo
sen horas
nin anos.
Só días de chuvia.

Lucía Ces

71.

Te dejaste una pesadilla en mi almohada.
La malduermo,
te malpienso, te maldigo;
en tu sueño no te veo
no me veo.


Despiértame, despiértame
te lo suplico.

Sara Toro

70.

¡Ved la muerte entronizada
en una ciudad extraña y desolada
que yace en lo más hondo del oeste yermo,
donde lo mejor y lo peor, lo bueno y lo enfermo
duermen ya su sueño eterno!

[...]

Edgar A. Poe

69.

Agora imaxina ter
aire daquel tempo.

Imaxina
radios vellas e notas revolucionadas.
Cravos vermellos,
máis vermellos que nunca,
que ningunha outra vez na vida.

Recordas cando ti e máis eu non naceramos?
Que non eramos proxecto
nin nada.
Recordas aquel tempo?
E todas as revolucións que quixemos vivir?

Imaxina
ter
aire
novo.

Adela Dávila

68.

no son poemas

lo que lees son mentiras

Luna Miguel

67.

Me mido a mí mismo
En un árbol alto.
Descubro que yo soy mucho más alto,
Porque alcanzo directamente al sol,
Con mi ojo;
Y alcanzo a la orilla del mar
Con mi oído.
Aún así, no me gusta
La forma en que las hormigas
Entran y salen de mi sombra.

Wallace Stevens