Los tigres o las sombras
Como alma que lleva el diablo.

37.

Perdóname. Yo fui un intrigante como muchos de esos que se deslizan
furtivamente por las humanas habitaciones de la noche.

Yo calculé la posición de los guardias antes de arriesgarme a acercarme
a las fronteras cerradas.

Conociendo más, pretendí satisfacer menos, a diferencia de
esos que dan testimonio.

Indiferente al cañoneo, al clamor en la maleza y a la burla.

Deja a los sabios y a los santos, pensé, trae un don a toda
la Tierra, no meramente al lenguaje.

Milosz Czeslaw

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