Nuestra dicha es difícil recluida en la belladona y en recipientes que no han de ser abiertos.
Sucio, sucio es el mundo; pero respira. Y tú entras en la habitación como un animal resplandeciente.
Después del conocimiento y el olvido ¿qué pasión me concierne?
Antonio Gamoneda
No hay comentarios:
Publicar un comentario