Como una piedra blanca en el fondo de un pozo
un recuerdo mora en mí.
No puedo ni quiero luchar con él:
es agonía y alegría a la vez.
Quien me mire de cerca
pronto lo verá.
Quedará apenado y pensativo
como si escuchara una historia triste.
Sé que los dioses transformaban
a los hombres en cosas sin matar su conciencia.
Para que mis raras penas vivan siempre
te has transformado tú en recuerdo mío.
Anna Ajmátova
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